lunes, 16 de septiembre de 2013

Cosmografia de Hernado Colon - 2




La Descripción y Cosmografía se compuso según dos métodos: itinerarios lineales de longitud variable siguiendo los principales caminos, y descripciones radiales desde una localidad —incluida en un itinerario previo— con las que se cubrían zonas más amplias (Sur de Orense, Tierra de Campos, Campo de Montiel...). Siguiendo estos dos procedimientos se recogieron localidades pertenecientes a 47 provincias, en las que Segovia, Ávila, Sevilla, Orense y Madrid contienen los mayores números.

Lo primero que aparece en cada descripción es el nombre de la localidad, calificada según su categoría urbana como lugar, aldea, villa o ciudad. En ocasiones, los topónimos urbanos difieren de los actuales debido a la trasmisión oral, pues el emisario escribía el nombre tal y como lo pronunciaban los lugareños, con acentos y dejes locales. Entre ellos es posible encontrar influencia del acento andaluz (confundiendo las letras l, s y r), y rasgos de los idiomas catalán y gallego. A la diversidad ortográfica ha de sumarse la percepción personal del emisario y su criterio ortográfico, pues todavía no existían unas normas oficiales comunes, dando lugar a diferencias fonéticas y de escritura. Las descripciones continúan con el número de vecinos, un dato estadístico de difícil interpretación por la variedad y calidad de las fuentes: lugareños, autoridades locales y escribanos, siendo estos últimos quienes daban carácter oficial a los trabajos. Este apartado puede aparecer en blanco, acaso en espera de consultar noticias fidedignas y el hecho de encontrar solo números redondos evidencia lo aproximado de los datos. Cuando una localidad era visitada por dos o más emisarios, las cifras relativas a su población no siempre coinciden —a veces difieren espectacularmente— pues unos contaban los vecinos, otros los moradores, algunos se referían al núcleo urbano y los más cuidadosos añadían los habitantes de los arrabales. A todo ello hay que sumar los números falseados —para ocultar su riqueza o exagerar las virtudes— y las equivocaciones al copiar los dígitos, que también las hay.

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