lunes, 22 de abril de 2013

Los caminos romanos - 1








Los caminos romanos (calzadas romanas).
La construcción de caminos terrestres requiere un cierto grado de desarrollo económico y cultural.
En Mediterráneo occidental, son los romanos el primer pueblo que alcanza ese grado de civilización que les ánima y capacita a construir caminos.
Roma, al extender su civilización por gran parte del continente europeo, construyó la red de caminos más grande de la antigüedad; red de caminos que, por su concepción y características, era un alarde de técnica. La red de caminos, de Roma se puede evaluar en 140.000 kilómetros, y su trazado fue un verdadero modelo en su época, tanto que, aun hoy, gran número de antiguos caminos romanos sirven para marcar el trazado de las más modernas vías.


Los caminos romanos estaban estudiados principalmente con fines militares, pues en aquella época el intercambio comercial era reducido; por esta causa, su trazado tendía a ser lo más directo posible entre los puntos a enlazar, aunque para ello hubiera que recurrir, en terrenos difíciles, a pequeños radios en las curvas y fuertes pendientes; en la parte del trazado de los Alpes se llegó a radios de 7 u 8 m. y a pendientes de un 15 a un 20 por 100. El ancho de las carreteras romanas era muy variable, llegándose hasta un máximo de 12 m.
La conservación de los caminos romanos era muy perfecta; existía para ella una organización técnica muy compleja. En las provincias, dependía de los gobernadores, y dentro de éstas, en cada zona municipal, de los magistrados locales. Las carreteras estaban amojonadas con piedras que indicaban la distancia, en millas, a Roma. La circulación estaba escrupulosamente reglamentada; se fijaba el número de animales de tiro, la carga y las dimensiones de los vehículos. Puede decirse que fueron los técnicos romanos, los que en el mundo iniciaron la ciencia de la construcción y explotación de caminos, con técnica muy completa, teniendo en cuenta las exigencias de los medios de transporte de la época; su fino sentido político, les hizo ver la necesidad imprescindible de las vías de comunicación, para el esplendor de su hegemonía militar y económica.


Tal como hoy en día, las vías tenían una clasificación jerárquica en función de su importancia, es decir, de su itinerario; dicha clasificación nos viene dada por un documento administrativo del siglo I, redactado por el geómetra Siculus Flaccus.
1. Las calzadas públicas o viae publicae, construidas a cargo del Estado y que llevan el nombre del constructor, equivalen a las carreteras nacionales.
2. Las vías estratégicas o viae militares, construidas por y a cargo del ejército, se convierten en vías públicas.
3. Las vías vecinales o actus, construidas y mantenidas por los pagi, equivalen a las carreteras provinciales y comarcales.
4. Las vías particulares o privatae, construidas y mantenidas por los propietarios dentro de sus tierras[1]




[1] Adam, Jaean Pierre (2002) La construcción romana. Materiales y técnicas. Editorial de los oficios. León pps: 300 - 301

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